La evangelización relacional nos anima a ir más allá de las interacciones casuales que se pueden dar en la evangelización tradicional, y esto no es un juicio de valor con la intención de criticar o restar valor a la evangelización a extraños, como si se tratase de una “mala estrategia”, ya que somos plenamente conscientes de que Dios obra de formas diferentes, de acuerdo a su Santa y Divina Voluntad, es más muchos de nosotros fuimos fruto de que un extraño se acercó a nosotros para compartirnos el evangelio. A lo que apuntamos es a una comprensión de la importancia de invertir tiempo en aquellos que nos rodean y forman parte de nuestro círculo íntimo. Desde el momento en el que aquellos a los cuales les compartimos el evangelio perciben que realmente podemos empatizar con sus circunstancias tanto positivas como negativas, seremos capaces de reflejar más nítidamente el amor y la compasión de Cristo.
 
 Por otra parte, plantea un reto importante para el creyente ya que debe esforzarse en mostrar un testimonio aprobado ya que va a interactuar con personas que conocen su intimidad, por eso les presentamos una serie de orientaciones que le pueden ayudar en la misión de compartir el evangelio con sus seres queridos.